Los modelos tecnológicos en la ganadería ovina de la Patagonia muestran un recorrido de pasado, presente y futuro. Hoy estamos en un punto de inflexión: necesitamos tomar decisiones en conjunto y acordar un rumbo claro, aprovechando las soluciones que ya existen.

Por Pablo Borrelli, Co-founder de Ovis 21. Líder del Hub argentino de Savory.

Programa de Carbono POA

La ganadería ovina comenzó en la Patagonia con la inmigración europea en la segunda mitad del siglo XIX. Fue la actividad económica que impulsó el poblamiento del territorio y la causa de los primeros asentamientos urbanos.

A fines de la década del 30, medio siglo más tarde, la totalidad del territorio patagónico estaba ocupado por productores ovinos. Entre 1930 y 1960 se alcanzaron los máximos stocks ganaderos y de producción de lana y carne.

Asociados a la producción primaria, surgieron durante ese período la industria frigorífica y la industria lanera, aunque esta última se instaló en el Polo Lanero de Trelew recién a partir de la década del 70.

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¿Qué es un modelo tecnológico?

Un modelo tecnológico es un conjunto de prácticas, conocimientos y herramientas utilizados en forma conjunta para la producción. Caracterizan una forma de hacer las cosas.

Aunque pueden cambiar lentamente mediante la suma de prácticas individuales, es posible identificar asociaciones de prácticas con lógica interna coherente.

En la historia de la Patagonia encontramos tres grandes variantes:

Tradicional
TME (Tecnología de Manejo Extensivo)
Regenerativo

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El modelo Tradicional (T)

Fue el histórico de la Patagonia, resultado de la conjunción entre los conocimientos que traían los inmigrantes (escoceses, alemanes, galeses, españoles) y la experiencia en el ambiente de las estepas patagónicas.

Comenzó en el siglo XIX y fue el único modelo disponible hasta finales de la década de 1980.

Este modelo tuvo serios problemas de degradación ambiental y baja productividad, lo que dio origen a propuestas superadoras. Su lógica estaba centrada en mantener los stocks de ganado lo más altos posible (“llegar al número”), con poca atención a los índices productivos individuales.

Fue un modelo claramente extractivo y no sustentable. La mayoría de los productores que no pudieron corregirlo ya no están en producción.

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Tecnología de Manejo Extensivo (TME)

Desde fines de los años 70 hasta fines de los 90 se desarrolló la TME, propuesta alternativa al modelo tradicional. Fue desarrollada por técnicos del INTA en la estepa patagónica (EEA Bariloche, EEA Chubut y EEA Santa Cruz).

 A comienzos de 1990 la TME comenzó a aplicarse como modelo completo en Santa Cruz y Chubut, a través de profesionales privados, y en 2001 se publicó “Ganadería Sustentable en la Patagonia Austral”, documento de INTA que describe en detalle la TME y resume sus avances.

 Este modelo buscaba resolver los problemas de desertificación y eficiencia productiva. Sin embargo, fue adoptado parcialmente: la esquila preparto tuvo amplia aceptación, pero las metodologías para manejo de pastizales y mejora genética tuvieron baja adopción.

 Tras 25 años de aplicación:

 – Muy pocos campos mostraron mejoras en el pastizal (solo algunos en la estepa magallánica, con cargas por debajo de la recomendación oficial).

No existe ningún caso de aumento de carga animal desde 1990.

– No se conocen campos con Índice de Salud Ecológica mayor a 15 puntos al norte del Río Coyle.

 Esto sugiere que la mayoría de los campos continuó degradándose, aunque a un ritmo más lento que los tradicionales.

 La constante declinación de los stocks ovinos desde el lanzamiento de la TME demuestra que no fue suficiente para revertir la desertificación ni lograr rentabilidad sostenible.

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El modelo Regenerativo (REG)

El modelo regenerativo fue desarrollado por la Red Ovis21 desde 2003, incorporando tecnologías de avanzada provenientes de Australia y adaptadas junto a productores innovadores y profesionales acreditados.

A diferencia de la TME, plantea un cambio profundo en la forma de ver el campo y de tomar decisiones de manejo.Su objetivo es lograr mayor rentabilidad y resiliencia a través del aumento del capital biológico y social, a diferencia de los modelos anteriores, donde la rentabilidad se alcanzaba a expensas de ellos.
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Capital biológico

Incluye:

– Mejora de la biodiversidad,

– Aumento de la productividad primaria,

– Mayor cobertura de suelo,

– Mejor infiltración y retención de agua,

– Más biología de suelo.

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Capital social

Es el factor decisivo: brinda un propósito claro a las empresas ganaderas, desarrolla personas con más conocimientos y habilidades, mejora la organización interna y las condiciones de vida, haciendo del campo un lugar atractivo para los jóvenes.

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Manejo Holístico

Introducido en 2008 en la región, permite planificar pastoreos alternados con descansos largos. Con esto:

 – Aumenta la producción forrajera,

– Se incrementa la carga animal,

– Los campos se regeneran,

– Se captura carbono en el suelo.

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Programa POA y mercado de carbono

El Programa  de Carbono POA, validado por Verra, reduce las principales barreras que limitan la adopción del modelo (asistencia técnica e infraestructura).Con este apoyo, el productor puede convertirse en proveedor de servicios ambientales para el mercado voluntario de carbono.Mientras que los precios de carne y lana se mantienen estables y sin perspectivas de aumento, el valor de la tonelada de carbono viene subiendo y se espera que continúe en alza.
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Comparación de modelos

Las tablas comparativas permiten ver las diferencias entre TME y Regenerativo, tanto en indicadores productivos como en resultados económicos (Hadad y Borrelli, 2024).

Ejemplos:

– El TME muestra cargas decrecientes y rentabilidad limitada.

– El Regenerativo permite aumentar la carga hasta 50% y obtener mejores resultados económicos.

– Con carbono, los ingresos pueden multiplicarse varias veces.

Tabla 1
Tabla 1: Permite comparar las características de los modelos descritos y su evolución. Cuando uno observa la tecnología que usa cada campo en particular, puede ser que haya mezclas de elementos que son típicos de cada modelo. Sin embargo pueden encontrarse campos que combinan nítidamente casi todos los elementos del modelo TME o el Regenerativo.
Tabla 2 - Permite comparar resultados productivos modales entre TME y REG. El sistema tradicional en estado puro ya no existe, por haber incorporado elementos como la esquila pre parto o por haber cerrado sus actividades.
tabla 3
Tabla 3 - Presenta los resultados económicos esperados de cada modelo, basado en el trabajo de Hadad y Borrelli (2024). Precios de Agosto de 2024.
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El contexto presente

La ganadería patagónica se desenvuelve en un contexto adverso:
– El cambio climático ya impacta, con más años secos por década y mayor intensidad de las sequías.
– Los conflictos globales afectan al mercado lanero, con baja demanda y precios deprimidos.
Guanacos y predadores generan dificultades por falta de políticas de manejo y abandono de campos.
Problemas sanitarios resurgen, como la sarna.
Problemas macroeconómicos: tipo de cambio atrasado e inflación en dólares.

La consecuencia es la aceleración del cierre de establecimientos, incluso en zonas antes estables.

POA
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Hacia donde vamos

Más allá de propuestas técnicas puntuales, no existe un modelo alternativo implementado y evaluado regionalmente que pueda compararse con el regenerativo.

En este momento crítico, el REG es la única opción concreta para la viabilidad económica, ambiental y social de la ganadería patagónica.

No nos alegramos por ello. Sería sano que el productor pudiera elegir entre varias opciones viables. Pero hoy, optando por los modelos Tradicional, TME o sus combinaciones, solo puede pronosticarse más decadencia, más desertificación y más campos cerrados.

Hace 10 años organizamos el primer Encuentro Ganadero. El paquete REG ya existía, aunque sin programa de carbono. Durante todos estos años, muchos tomadores de decisiones —públicos y privados— ignoraron los peligros advertidos y las soluciones propuestas. La realidad nos muestra que mirar para otro lado y perder tiempo no ayudó a mejorar nada en el sector ganadero.

Hoy, volvemos a convocarnos. El 21 y 22 de noviembre nos reuniremos en la Sociedad Rural de Esquel para el X Encuentro Ganadero (Inscríbete aquí). Será un espacio para mirarnos de frente, compartir experiencias y, sobre todo, tomar decisiones concretas sobre el presente y el futuro de la ganadería patagónica.

Es momento de tomar acciones concretas. El modelo REG es una propuesta sólida que brinda esperanza. Es un bote salvavidas en este naufragio.

Para entender las resistencias al cambio hay que mirar factores sociales: indiferencia, miedo, egos, intereses políticos o corporativos. Mirando para atrás, podemos aceptarlo. Pero mirando hacia adelante, no hay espacio para divisiones que diluyan la energía creativa que necesitamos como sector.

Seguir como siempre no es una opción. Aquellos que creen que no es necesario cambiar deberían dar un paso al costado. El sector se va a recuperar con quienes quieran transformarlo.

Necesitamos sumar todas las organizaciones públicas y privadas con amor a la tierra y compromiso con la ganadería para transicionar juntos hacia el modelo regenerativo, en forma urgente.

“Estamos todos en el mismo barco, y nadie va a salvarse solo rodeado de campos abandonados. Escribimos estas palabras a modo de invitación esperanzada. Necesitamos a todos, aquí no sobra nadie…”

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