Una solución debajo de nuestros pies.
Pero debido a nuestra forma de producir alimentos, se han perdido 116 mil millones de toneladas de carbono, casi un cuarto de todas las emisiones desde la revolución industrial.
Esto significa más carbono en la atmósfera, suelos menos fértiles e incapaces de retener agua, menos biodiversidad y menos producción de alimentos.
Un pequeño incremento en los stocks de carbono en suelo podrían reducir significativamente la concentración de carbono en la atmósfera.
Esto permitiría ayudar a estabilizar el clima al mismo tiempo que mejoraría la seguridad alimentaria y las condiciones de vida para millones de especies.
Hay 4.8 mil millones de hectáreas es la superficie agrícola-ganadera. Capturando 1 tn/ha/año podríamos igualar la emisión neta global.
Esto se puede lograr a través de la agricultura y ganadería regenerativa: Un nuevo enfoque en la producción de alimentos que imita los procesos de la naturaleza, favoreciendo la restauración de los procesos biológicos del suelo.
Los suelos que se regeneran remueven carbono de la atmósfera a través de la fotosíntesis de las plantas y lo almacenan en forma de humus por cientos de años.
Los ciclos del agua dependen de la salud del suelo. Suelos sanos permiten sanar cuencas, retener agua en el lugar, filtrar y alimentar las napas con agua potable.
Regenerar tierras implica recuperar especies de flora y fauna, complejizar paisajes en lugar de simplificarlos.
Mejorar la fertilidad biológica de los suelos, su biodiversidad y su capacidad de retener agua permite producir más alimentos con menos dependencia de insumos y con mayor resiliencia a cambios climáticos.